2)El asesinato:
Lorca murió fusilado en Granada en
1936 durante la guerra civil española por el bando sublevado. Fue Ramón
Ruiz Alonso quien fue a detenerle, mientras se hospedaba en casa de la
familia Rosales, ya que había sido amenazado. La familia Rosales era una
de las familias más poderosas de la derecha en Granada, y por ello la
orden de detención vino de un alto cargo, aunque la denuncia fue de Ramón
Ruiz Alonso, un político y miembro de la Falange con ansias de ascender
en la organización. ¿Fue el asesinato de Lorca una herramienta de Ramón
Ruiz Alonso para ganar poder o fue la envidia lo que llevó a Ruiz
Alonso a denunciarle, como señala Ian Gibson
Sus tesis vienen explicadas en los siguientes articulos de
larioja.com y
elmundo.es
¿Es acaso un plan urdido por las altas esferas de la Falange para desacreditar a Lorca y a su familia?
Según
la investigación de Agustín Penón, el caso de Lorca no fue diferente al de otros
tantos al principio del conflicto, cuando el levantamiento militar
fue utilizado como un método para zanjar viejas rencillas por lindes
de tierras con denuncias falsas y fatales.
"Yo
estaba investigando cómo el padre de Lorca había construido su
patrimonio en los protocolos notariales, para lo que necesitamos un
poder notarial de la famila Lorca y cuatro años de trabajo. Iba a
ser una tésis pero se convirtió en algo más. Hasta el punto de que
descubrimos que el asesinato de Lorca se debió a las rencillas
familiares que tenían por temas económicos", revela.
Para
elaborar esta teoría de la conspiración familiar en el asesinato
del poeta, el investigador se remontó al siglo XVIII. “Los Lorca,
los Roldán y los Alba eran familias de labradores con aspiraciones,
querían ser propietarios de los terrenos. Con la decadencia de la
aristocracia pudieron comprarlos, pero tuvieron que unirse para
pagarlos y para ello establecían matrimonios de conveniencia entre
ellos para ampliar el patrimonio. Se convirtieron en una sola
familia, en un clan. Pero en los años 20 y 30, llega el momento de
dividirse las tierras y empiezan las rencillas", relata.
Todos en la casa de los Rosales se sorprendieron de su detención, puesto que no pensaban que Lorca corriera ningún peligro.
En este
fragmento se explica los días previos a la muerte de Lorca.
"Es
entonces cuando a Federico se le ocurre acudir a sus amigos falangistas
para pedirles protección. Se dirige a Luis Rosales, entonces profesor
universitario de literatura a sus 26 años, pero que se disponía a partir
hacia el frente como voluntario falangista. Luis, en cuanto recibe la
llamada, acude presto a la Huerta de San Vicente y ambos planifican el
traslado a su casa, que estaba situada en el centro de la ciudad. Los
hermanos de Luis, Miguel y Pepe, y sus padres acogen con los brazos
abiertos la petición de Federico. Lo esconden en un piso de la casa,
separada escasamente unos trescientos metros del Gobierno Civil, que
ocupa el comandante Valdés. Durante diez días, las noches que regresaba Luis del frente, subía a dialogar con su amigo. Y en cada bombardeo de
los aviones republicanos, se refugiaban en la planta baja.
Ian
Gibson, ante los documentos originales descubiertos en 1979, que
confirmaban toda la versión que durante más de cuarenta años venía
asegurando Luís Rosales, declara: "Fascinante es la revelación de que el
día 15 ya se habían iniciado los trámites para prenderlo, sin informar
de ello a Rosales, presentándose en la Huerta de San Vicente una
escuadra al mando de Díez Esteve, miembro de la pandilla que rodeaba a
Valdés en el Gobierno Civil. Ahora es más evidente que nunca que la
denuncia contra el poeta no emanó de la Falange granadina, sino de las
gentes, cedistas en su mayoría, que asesoraban al gobernador civil.
El día 16 de agosto se enteran de que en los muros del cementerio de Granada han fusilado a Manuel, el ex alcalde."
El ex alcalde era el socialista Manuel Fernández Montesinos. Los cedistas, pertenecientes a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) eran los que tenian el poder en Granada en ese momento.
"No
cabe duda. Tras la "visita de la patrulla de Manuel Rojas, del día 5, y
una vez informados Valdés y Ruiz Alonso de la presencia de Federico
García Lorca, debió encendérseles una luz siniestra en la cabeza. Su
fama de poeta amigo de comunistas, ¡y de falangistas!, y la emisión por
la radio republicana de supuestos poemas suyos contra los sublevados,
junto con el temor de que la guarnición de Granada, rodeada de
territorio leal a la República, acabara fusilada como la de Málaga (a
pesar de que se entregara con bandera blanca), les haría concebir la
orden de detención. Aquí fue el chasco: el poeta no estaba en su casa de
campo. Tardaron once días en saber el lugar de su escondite. Pero,
cuando se enteraron, su alegría debió ser inmensa. ¡Se trataba de la
casa de los Rosales! Ahora sí, a los auténticos falangistas les darían
"su merecido”.
DETENCIÓN DE FEDERICO
El mismo día 16 se
producirá la detención. "Se enteraron del lugar donde se encontraba, por la presión que le hicieron los esbirros de Valdés a los familiares que
permanecían en la Huerta de San Vicente. Se les amedrentó, indicándoles
que si no informaban del sitio en el cual se hallaba oculto, se
llevarían detenido al padre. Concha, la hermana, no pudo soportar tal
amenaza y les indicó el lugar donde se refugiaba Federico.
Al
enterarse de que a García Lorca lo protegían los Rosales en su casa,
Valdés acudió a Ramón Ruiz Alonso. Valdés y Ruiz, entusiasmados por
poder matar a dos pájaros de un mismo tiro, redactaron "de común acuerdo
la orden de detención con estas acusaciones: "... rojo destacado, espía
de Rusia, amigo de Fernando de los Ríos, miembro de la Asociación de
Amigos de la Unión Soviética y escritor que había criticado la España
tradicional. Valdés se decía falangista, sin saber, por ejemplo, que la
opinión del boletín de Falange, "Fe, nunca fue mala sobre el ministro
socialista de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos”.
El
portador de la orden de detención de Federico García Lorca fue el propio
Ruiz Alonso, de las milicias de la CEDA, quien ni siquiera era
neofalangista ni siquiera advenedizo del falso falangismo, para así
"humillar a Falange y realzar a las milicias de la CEDA.Llegó a casa de
los Rosales con dos escuadras de esbirros armados, a los que dejó fuera.
Los tres hermanos Rosales y el padre estaban ausentes. El cedista
aseguró a la madre que todo era algo de rutina. Fue "tan melosa la
actitud de Ruiz Alonso, que hasta el propio Federico se convenció de que
nada le iba a ocurrir.Sin embargo, la madre de los Rosales consigue
entretener a Alonso hasta mandar recado para llamar a su hijo Miguel,
que estaba en la sede (los otros, Pepe y Luis, se hallaban en el
frente). Miguel llegó y según su testimonio preguntó a Ruiz que qué
pasaba.
- Tengo orden de detener a Federico García Lorca.
- ¿Por qué?
- Porque ha hecho más daño con su pluma que otros con las armas.
Miguel
discutió fuertemente e intentó evitarlo por todos medios, pero no pudo
hacer más. De esta manera, se lo llevaron al Gobierno Civil. Valdés no
estaba allí. A Federico lo registraron y quedó detenido.
Por la
noche regresaron del frente Pepe y Luis. E, indignados, acuden
inmediatamente al Gobierno Civil para rescatar a su amigo. Pepe se
enfrenta en una discusión muy violenta con Ruiz Alonso. Luego recrimina
de manera igualmente violenta a Valdés, sin importarle que se halla ante
la máxima autoridad del Alzamiento en Granada. Y consigue que le
permitan ver al prisionero. Pepe Rosales le promete a un asustadísimo
Federico que lo va a sacar de allí. Federico había hablado con su amigo
Luis confesándole medio en serio y medio en broma: "He rezado y he
prometido no fumar hasta la medianoche para que ganen los militares”.
Al
día siguiente, el 17, Pepe Rosales consiguió del gobernador militar,
coronel Antonio Gómez Espinosa, una orden escrita de libertad para
Federico García Lorca. Y se presenta ante Valdés con ella. Pero Valdés
le contestó siniestramente: "Lo siento. García Lorca ya no está aquí. Se
lo han llevado a Víznar de madrugada. Y ahora ya veremos qué hacemos
con tu hermanito. Se refería a Luis, acusado de haber escondido al
poeta. "Luis Rosales perdía un amigo y quedaba en un gran peligro por
haber sido amigo fiel. Trataron de expulsarlo de Falange, y corrieron
amenazas muy serias de poder ser fusilado él mismo. Qué contradicción
que un falso falangista expulse de Falange a un auténtico falangista.
Además,
Valdés había mentido, porque Federico seguía allí.Se sabe porque
Angelina, la niñera, por disposición de la familia, le llevó al poeta la
comida (que consistía en un termo de café y un cesto con una tortilla y
tabaco) los días 17 y 18 de agosto."
Para finalizar, desde mi punto de vista, la falta de autoridad que muestran los miembros de la falange al no poder salvar a Lorca es debido a la gran fuerza que tenia la CEDA en esa zona y en ese momento.